(...)
"- Como tú me cuentas a mí lo que te pasa, cuando te pasa algo, pensaba que yo podría hacer lo mismo contigo."
Antes de eso, está el vacío.
Pero no importa; es una de esas piezas robadas de un "puzzle" que no me pertenece, pero que encaja en otro puzzle de ideas propio, que se crean a partir de ahí.
Así que sigo andando, y atrás se quedan dos personas que continúan con su propia historia, mientras mi mente divaga sobre el primer pensamiento que le han provocado esas palabras robadas: trueques emocionales.
¿Somos tan conscientes de ellos como lo somos del: te cambio este cromo por este otro?
(Mmmmmm,... ¿Se siguen cambiando cromos?)
Que me pierdo....
Seguramente no siempre lo somos.
Sin duda, todo ese aprendizaje que desde pequeños hacemos, nos ayuda a adquirir una gran habilidad para realizar ese tipo de intercambios sin preguntarnos si tienen más de sano trueque, que de reproche.