Nada existe fuera de los sueños que te inventan como quisieras;
que te vuelcan la intención justamente injusta;
que te ahogan con el aire que respiran otros pulmones.
Nada fuera de la nada de los miedos que conoces,
que llegaron al puerto de una isla vacía
y partieron desde donde nadie agitaba despedidas.
Nada más allá de tus fronteras,
donde el camino ya no te conoce,
ni te espera,
ni te acoge.
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