21 nov 2017

Evolución humanamente animal

Sin saber cómo llegó, sabe por qué se quedó atrapada en la lectura de un artículo reciente sobre el llanto infantil y sus efectos.

El porqué tenía alrededor de unos 2 años y medio y berreaba desde hacía unos tres minutos reales (en su impaciencia eran algo así como tres horas), frente a una máquina de bolas de colores, situada en la cafetería a escasos metros de su mesa.

Con el primer berrido, su madre (o lo que fuera que era la adulta que la acompañaba) intentó explicarle que no tenía intención alguna a sucumbir a su llanto; pero con poco éxito, si lo medimos en unidades lagrimales.

Intentando distraerse del porqué, se adentró en la lectura de lo que le pareció una teoría incompleta. Decía, en resumen, algo así como que el llanto de los cachorros está naturalmente creado para resultarle lo suficientemente insoportable a los adultos de la misma especie como medida de protección y supervivencia.

No lo ponía en duda.
Pero ahí es cuando pensó que estaba algo incompleta: faltaba incluir el momento evolutivo en el que los cachorros humanos aprenden la teoría y cambian de la evolución animal a la evolución humana.

13 nov 2017

Sin fonía nº 21

Seguramente porque la naturaleza es muy sabia, el pensamiento nace en silencio.

Rebeldía inconsciente

Tras muchos desencuentros con su propia memoria, había asumido que su relación sería siempre "a tres". Estarían ella, su memoria y cualquier cacharro capaz de guardar citas y generar avisos.

Los tríos también funcionan.
No todos, pero éste sí.
A estas alturas de la vida llevaban juntos un sinfín de años. Lo cual significaba que ni recordaba cuántos.

Como todas las relaciones, ésta también tenía sus puntos débiles; por ejemplo, la batería del cacharro en cuestión necesitaba que su memoria funcionara por sí misma, para encargarse de su alimentación. Pero ninguno de ellos había supuesto el fracaso de aquel trío.
Los puntos fuertes superaban con creces el balanceo de pros y contras.

Eran las 16:40 cuando sonó el Knock-Knock que le recordaba que había quedado para tomar un café.
Cogió la chaqueta, el bolso, las llaves y salió de casa.
Habían quedado en la misma cafetería que la última vez.
Ya en la calle, se colocó los auriculares y empezó a caminar.

De repente se dio cuenta de que se había pasado la calle por la que debía girar a la derecha para llegar a la cafetería, y que continuaba hacia otro destino al que iba con mucha más frecuencia.
Soltó una carcajada.
Giró sobre sí misma ciento ochenta grados y volvió sobre sus pasos un buen trecho.
Porque nada es perfecto.
Tampoco lo era esa memoria suya, cuya única rebeldía consistía en adueñarse, de vez en cuando, de su inconsciente...

6 nov 2017

Sombras

"Lo splenore di ogni citta nasconde sempre una ombra di dolore."

Lo leyó y le cautivó al instante.
Pensó que con las personas ocurre lo mismo.

Las sombras siempre le atrajeron, incluso desde cuando sólo eran un juego de manos.
Y cuando las sombras dejaron de ser chinescas, descubrió otras, mucho más difíciles de ver, incluso en uno mismo.