6 jul 2016

Human@

Pintó de colores cuanto le rodeaba.
Los que existían y los que inventó.

Cualquiera de ellos igual de distinto.
Igual de Bello.
Ninguno más fuerte.
Ninguno más descolorido.

Todo formando un arcoiris lleno de cada sutil tono, sin el que el arcoiris no existiría.

Amarlo tal cual lo había creado le pareció fácil.

Y miró sus manos.
Esforzándose por conservarlos todos, sin que unos se mezclaran con los otros, hasta que tuvo que darse por vencida, en su intento de mantenerlos alejados unos de otros.

Y sólo entonces fue capaz de ver la belleza.

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