29 oct 2018

Anverso y reverso

Cada palabra, cada gesto que le llega, es como un jeroglífico que desearía resolver, pero al que le faltan pistas.
Las pistas que llegan poco a poco, conforme cada rato compartido va regalándoselas.
Algunas encajan en la imagen que ya ha construido en su cabeza y otras no.
Pero eso no tiene mucha importancia, en realidad.
Lo que sí la tiene, es cuántas encajan o no, en sus sentimientos.
Y a la par que cuenta las propias, se pregunta cómo irá ese otro contador que comparte momentos, pero que no le pertenece.
Porque en algunos casos, anverso y reverso han de contar a la par.

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