20 abr 2017

Loco



Estaba loco.
De eso no tenía la más mínima duda.

Cómo tenerla, si desde su más tierna infancia, todas las personas que lo conocieron, en algún momento pronunciaron, refiriéndose a él, aquella incomprensible palabra: “loco”. Por convicción o por contagio, pensaba ahora, pero ¿qué más da?... Seguramente, ni ellas mismas lo supieran.

De pequeño no dejó de preguntar qué significaba estar loco, pero nunca nadie le dio una respuesta. No al menos una que valiera la pena y consiguiera sacarlo de dudas.
Pero lo dejó pasar…
De todos modos, su infancia (como muchas otras) estaba llena, llenísima, de preguntas sin respuesta, o de respuestas vacías, elegidas al azar sin más intención que hacerlo callar.

Conforme iba creciendo, se dio cuenta de que aquella palabra lo seguía acompañando.
Otras muchas se quedaban, allá atrás, junto a su infancia, pero no ésta. Y al igual que con tantas otras preguntas, empezó a buscar sus propias respuestas.
Compartidas con amigas y amigos danzaban: el sentido de la Vida, el próximo corte de pelo, los límites de la propia libertad o la canción del momento… Respuestas y respuestas llenas de eternas horas de debate. Sin embargo, su locura, seguía en la más profunda de las soledades. Nadie, ni si quiera él mismo, encontraba la respuesta.
Pero lo dejó pasar…
De todos modos, empezaba ya a acostumbrarse a que fuera parte de su piel.

Ya de adulto, ahí estaba. Seguía estando loco. Eso le decían.
Las mismas letras, en el mismo orden, pero ahora sonaba de un modo distinto cuando alguien la pronunciaba. Sonaba menos risueña. Pero también él era diferente. Ya no necesitaba las respuestas de los demás, porque (aunque tardó en darse cuenta) ahora sabía que siempre tuvo otras:
la de las gotas de lluvia que resbalaban por su piel, entre las carreras de los que huían de ellas;
la de aquella tortuga que se movía taaaan despacio, que sólo él era capaz de verla moverse;
la de las sonrisas regaladas a desconocidos, para desconcierto de todos ellos…
Y se dio cuenta, entonces, de que ni siquiera necesitaba una respuesta propia a su locura.
Y lo dejó pasar…
De todos modos, juntos llevaban toda una Vida siendo felices.

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